viernes, 14 de enero de 2011

BRUJAS




Solían reírse juntas, desarticulaban sus desmanes como quien rompe sin querer el brazo de una muñeca.
Los hombres no entendían nunca aquellos cuerpos desnudos, abiertos en canal sobre su cama.
A ellas poco les importaba, haciéndose un ovillo miraban el reloj y volvían a abrir sus bocas llenas de dientes y labios rojos.
Luego corrían a encontrarse, solas y mal vestidas, a contarse con los ojos negros de rímel en ruinas el color del sexo.
Prometían amores eternos en todas las caricias y eran ciertamente eternas hasta el alba, alguna boda si era rubio.
Huían despavoridos, no fuera que aquellas carnes ya masticadas se les enredaran en las muelas de juicio
ó que sin querer se acomodaran sus ojos a las melenas deshechas de las bridas exhaustas, tan lindas.
Amor, mi amor, vendrás luego con flores y dulces?, volverás a meter tus dedos en la llaga, dime, lo harás?
No importaba, las respuestas luego se inventan, y los copihues se fabricarán con papel higiénico, lo importante es
el hoyito que se dibuja en su cara cuando dice esas cosas, ellas son valientes y se visten de anestesia en la aurora.
cómo se reían luego, cada una llevando un palo que amontonaban en la entrada. El sol naranja del mediodía encendía
la mecha incandescente del vestíbulo y juntas y abrazadas empezaban a arder, hermosas, mientras las carcajadas se escuchaban desde la calle.





La pólvora siempre viene bien en los bolsillos y un taxi espera abajo a que le traigan las vueltas, pero si son veinte céntimos...caballero! 

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