lunes, 24 de enero de 2011

NARCISO Y OFELIA

En las limpias aguas del rio, Narciso se inclinaba, observaba su imagen durante horas, le molestaba terriblemente el suave viento que distorsionaba su imagen, las ondas del agua provocadas por la dulce corriente le contrariaban y procuraba encontrar pequeñas pozas de agua quieta y cristalina. Su rostro aparecía impecable, sólo algún pececillo le deformaba la boca al pasar por su reflejo.De pronto una corriente inusitada inundó la charca de nenúfares y lirios, Narciso buscó el punto exacto dónde hacía unos segundos había dejado sus ojos, allí estaban moviendose asustados.No se reconocía en el agua agitada, esperó la calma concentrado en sí mismo , justo en su retrato y boca con boca, de entre las flores emergió un rostro que pareció besarle. Era de una perfección extraordinaria, un rostro marmóreo y violeta, con la mirada repléta de cielo líquido.Era Ofelia, su vecina de 15 años, llevaban unos días buscándola. Nunca la había visto tan bella.





                                      

viernes, 21 de enero de 2011

EVA



                   
                Imagen de Javier Remírez de Ganuza

ADÁN

       
              "Air man" Imagen de javier Remírez de Ganuza

jueves, 20 de enero de 2011

DESNUDOS

Empiezo a acostumbrarme a su carne, me gusta masticarlo despacio, aunque a veces se me antoje desgarrarlo de una mordida.
Miro su cuerpo junto al mío, cómo se prolongan los brazos y las piernas y se multiplican organizando otras naturalezas. 
Somos un monstruo perfecto, un ser extraordinario.
Hundo mi rostro entre los músculos y compruebo como rezuma la sangre tibia por mi cara, su latido en mis párpados. 
No me quiero ir.











miércoles, 19 de enero de 2011

RITA

Yo quería ser Rita, pero siempre me tocaba Marilyn, incluso había ensayado el gesto del guante y no había manera. -Tú eres Marilyn, no te das cuenta...ella era rubia como tú. Esto lo decía Dácil con la bata de seda de su madre , agarrando un vaso de Nocilla reciclado como si fuera bourbon. 
Les prometo que ni Rita era tan Rita. Abandonada en aquel sofá, Dácil miraba por la ventana con la mirada perdida del desamor y una cascada de pelo rizado le acariciaba el hombro. No era pelirroja, pero casi.
Me aprendí el "Happy Birthday Mr President" haciendo equilibrio sobre unos tacones cinco tallas más grandes.
-Toma-me dijo alcanzándome un vaso de plástico- aquí tienes tu Long Island Ice Tea...
Fue una pena morir tan joven.







martes, 18 de enero de 2011

CAMPEÓN





Alguna vez había ganado, lo recordaba bien, no fue mucho, pero le bastó para comprobar que la vida tenía sentido. Se conformaba con poco.
Cuando corría de pequeño tensaba todos los músculos del cuerpo y aunque pensaba que el diablo viajaba en sus talones y que era la reencarnación de Flash Gordon, toda su clase le adelantaba mientras él sacaba los pulmones por la boca. Otra vez será, decía colocándose las gafas. 
Al crecer, rápido se dio cuenta de la fragilidad de sus extremidades, justo aquella tarde que Alberto le retó a un pulso delante de María, su mano alcanzó la mesa a los tres segundos, no le dolió en ese momento hasta que María le giró la cara y fue corriendo a besar a Alberto, entonces, rápido también, aprendió que su fragilidad no solo residía en sus extremidades y ubicó perfectamente el alma entre dos costillas, se colocó las gafas.
No creció mucho más. Un día haciendo la compra le dieron un boleto, era Navidad, le llamaron a casa diciendo que había ganado una cesta.
La ceremonia de entrega fue el miércoles siguiente en la explanada de aparcamientos del supermercado. Un escenario lleno de guirnaldas con una mesita en el centro presidía un espacio surreal entre coches y carritos de la compra. Dijeron su nombre, algunas personas aplaudieron, un niño esperaba impaciente a que le dieran su bici, pero era el momento de la cesta de navidad con una pata de jamón serrano incluida. 
Subió y entre los señores enchaquetados que daban constancia y fe de la limpieza y solemnidad del acto, apareció una joven, ya no tan joven, vestida con gorrito de papá Noel y llevando la cesta del premio. La reconoció enseguida, era María, fue hasta él, le entregó la cesta y entre los flashes de los fotógrafos contratados para cubrir el evento, le dio un beso. Volvió a ubicar su alma exactamente en el mismo punto, se colocó las gafas la agarró del brazo y la invitó al cine. La cesta quedó en el escenario y un niño muy contento volvió a su casa con ella y una bici.
Después del cine María no volvió a llamar. Una fotografía suya ampliada presidía el salón de su casa, aparecía él con una cesta y una chica vestida con gorro de papá Noél le besaba, mientras, él se colocaba las gafas.

lunes, 17 de enero de 2011

LAS CASITAS





En aquella casa había tres baños de mármol, con bañeras no, con piscinas y fuentes. Cuatro cocinas, con islas y neveras de dos puertas. Los jardines se extendían kilómetros y kilómetros, un laberinto en el centro y setos de conejitos rodeándolo, "llego tarde" ponía en la entrada.  En su fachada cinco puertas principales de acceso, cada una de un color, de distintos tamaños y estilos. ¡Qué bonita la de acceso para gatos!, ¡con molduras de pan de oro!. A las habitaciones infantiles se accedía por toboganes y en alguna de ellas había hasta diez camas con dosel, por si vienen las amigas. En el garaje espacio para una veintena de coches y efectivamente veinte coches aparcados, entre ellos algunos descapotables rosas.
Las dos primas, de siete años, cerraron las revistas de decoración de sus madres, ya sabían dónde iban a vivir el resto de su vida, también estaban convencidas de que iban a ser altas y rubias cuando crecieran. 

OTRA BRUJA

                                                        
            
           Otra bruja , imagen de Sahir Teneré Kabilian

viernes, 14 de enero de 2011

BRUJAS




Solían reírse juntas, desarticulaban sus desmanes como quien rompe sin querer el brazo de una muñeca.
Los hombres no entendían nunca aquellos cuerpos desnudos, abiertos en canal sobre su cama.
A ellas poco les importaba, haciéndose un ovillo miraban el reloj y volvían a abrir sus bocas llenas de dientes y labios rojos.
Luego corrían a encontrarse, solas y mal vestidas, a contarse con los ojos negros de rímel en ruinas el color del sexo.
Prometían amores eternos en todas las caricias y eran ciertamente eternas hasta el alba, alguna boda si era rubio.
Huían despavoridos, no fuera que aquellas carnes ya masticadas se les enredaran en las muelas de juicio
ó que sin querer se acomodaran sus ojos a las melenas deshechas de las bridas exhaustas, tan lindas.
Amor, mi amor, vendrás luego con flores y dulces?, volverás a meter tus dedos en la llaga, dime, lo harás?
No importaba, las respuestas luego se inventan, y los copihues se fabricarán con papel higiénico, lo importante es
el hoyito que se dibuja en su cara cuando dice esas cosas, ellas son valientes y se visten de anestesia en la aurora.
cómo se reían luego, cada una llevando un palo que amontonaban en la entrada. El sol naranja del mediodía encendía
la mecha incandescente del vestíbulo y juntas y abrazadas empezaban a arder, hermosas, mientras las carcajadas se escuchaban desde la calle.





La pólvora siempre viene bien en los bolsillos y un taxi espera abajo a que le traigan las vueltas, pero si son veinte céntimos...caballero!