miércoles, 31 de agosto de 2011

los lunes

 Le pasaba a menudo que olvidaba por completo cualquier cosa de relativa importancia, así, se tomaba el café requemado, las camisas al revés, la ausencia de bragas, de kleenex, de nolotiles en el bolso... todo esto era anecdótico comparado con el hecho compulsivo de olvidarse de los lunes. 
 No se trata de enumerar ahora la contraindicación de esta manía para cualquier persona sujeta al tiempo y el almanaque. Ni los actos fallidos, ni los problemas neurológicos importan como explicación plausible. Ella era despistada, incluso alguna vez, fuera de aquel lapsus semanal acudió a alguna cita sin cabeza y al volver a casa la encontró sola y triste a medio maquillar delante del espejo.
 Lo curioso sucedió cuando descubrió, en lo alto del cuarto de la azotea, una trampilla en el techo y al abrirla quedó sepultada por un aluvión de cajas de kleenex y nolotiles y bragas... allí habían ido a parar todos sus despistes. Después de aquello, las semanas normales se intercalaban con otras compuestas sólo de lunes y a veces, ocasionalmente, tenía citas de tres o cuatro cabezas.

lunes, 22 de agosto de 2011

Papa´s tales

En el momento de la incertidumbre muchos hombres subieron a las montañas en busca de corderos relucientes con los intestinos cargados de respuestas, otros esperaron junto a la lumbre contándoles mentiras a sus hijos. 
Luego bajaron de las montañas con las manos ensangrentadas y la boca ensangrentada de la sangre de otros. Habían visto a dios y no paraban de escupir leyes.
El tiempo de la incertidumbre dio paso al tiempo oscuro, de vuelta al óraculo de las vísceras y al dogma de los crucificados, se acabaron los cuentos.