Luego bajaron de las montañas con las manos ensangrentadas y la boca ensangrentada de la sangre de otros. Habían visto a dios y no paraban de escupir leyes.
El tiempo de la incertidumbre dio paso al tiempo oscuro, de vuelta al óraculo de las vísceras y al dogma de los crucificados, se acabaron los cuentos.
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